Con tu ayuda, brindamos protección a niñas vulnerables en Perú
¿Sabías que cada vez que compras un producto de nuestra marca Minka no solo adquieres calidad, sino que contribuyes con una obra social? Así es. Y queremos presentarte el último proyecto que hicimos realidad en Perú. Reformamos el muro perimetral que desde hacía años necesitaba en El Hogar de Gina, un albergue de niñas desamparadas.
LA HISTORIA DETRÁS DE LA OBRA
En Chosica, una población a tan solo 50 kilómetros de Lima, capital del Perú, se encuentra El Hogar de Gina, una institución sin ánimo de lucro que acoge a niñas en situación de vulnerabilidad. Algunas son huérfanas, otras provienen de zonas de extrema pobreza donde corren el riesgo de convertirse en habitantes de calle, y también llegan menores que son víctimas de maltrato en sus hogares.
El Hogar de Gina inició sus labores en 2008 gracias a la iniciativa de Arjan de Rijke y Marjon Reffeltrath, un matrimonio holandés que un año atrás había visitado el país. En su viaje evidenciaron las precarias condiciones en las que viven los niños en algunas instituciones de acogida del Perú. En uno de los albergues que visitaron conocieron a Gina, una pequeña de 5 años que se ganó su cariño, por su ternura y curiosidad. Meses después de su estadía en el Perú supieron que la pequeña Gina había fallecido como consecuencia de fallas en la construcción de la vivienda. Arjan y Marjon decidieron crear la Fundación Gina para intentar mejorar la calidad de vida de los menores desamparados.
Gracias al apoyo de la Fundación, se evitó el cierre del albergue de niñas y se construyó una nueva sede. Desde entonces funciona bajo el nombre de El Hogar de Gina. Actualmente, los recursos para atender las necesidades de las 20 niñas que viven permanentemente en el Hogar, llegan desde Holanda a través de la Fundación. Con este dinero se paga a los empleados y se asegura la manutención de las niñas, pero poco a poco han ido apareciendo otras necesidades. Una de ellas era la de reformar el muro que protege la casa del exterior. Y esa fue la obra en la que nos involucramos.
UN MURO QUE DA CONFIANZA
Fue a través del Club de Leones del Perú, entidad con la que ya hemos realizado otras obras benéficas, que nos enteramos de que El Hogar de Gina requería con urgencia la reforma del muro que protegía la casa del exterior. Era demasiado bajo y construido con materiales poco firmes. Quienes llevan el albergue vivían con el temor que alguien pudieran saltar el muro y atacar a las menores, dada la proximidad con un canal frecuentado por fumadores de sustancias ilegales, o volver a ser víctimas de robos como en ocasiones anteriores. Ante este panorama no dudamos en brindar nuestro apoyo para reformarlo.
Con el dinero recogido por las ventas de productos Minka, y una aportación en nombre de Distribuidora Latinoandina, se levantaron columnas en el cerco perimetral, se elevó la pared, se emparejó y pintó completamente el muro, se puso una cerca de protección y, por último, se le dotó de iluminación.
MÁS QUE UN ALBERGUE
Detrás de ese muro que ayudamos a levantar se tejen muchas historias. Y quienes están a cargo de este hogar no solo se preocupan por dar techo y comida a las niñas, sino que dan una especial atención a su educación. “Es la mejor herramienta que les podemos dar para la vida”, comenta Rocío Rentería, administradora y educadora del El Hogar de Gina.
En este refugio no solo se preocupan por contribuir a que las niñas superen un pasado de precariedad, sino que buscan asegurar para ellas un futuro prometedor. Con gran orgullo, nos cuentan que varias de las niñas que pasaron por el albergue han terminado sus estudios universitarios, gracias a personas de gran corazón que patrocinan sus carreras.
Y las historias esperanzadoras se encadenan una tras otra. Rocío comenta, por ejemplo que, debido a la pandemia, las niñas del albergue, se vieron ante el reto de tener que seguir sus clases de manera virtual. Pero El Hogar de Gina carecía de ordenadores para hacerlo posible. Y Araceli, una joven de 23 años que estuvo de acogida en el albergue y que hoy vive en los Estados Unidos junto a la familia que le patrocinó sus estudios, se enteró y no dudó en iniciar una campaña para recaudar fondos y lo consiguió, se pudieron comprar ocho ordenadores portátiles.
Estas acciones nos demuestran que el amor está presente en esta institución. “Queremos que las niñas que viven en el albergue sean felices y profesionales, en ese orden. Nos preocupamos en que sanen sus heridas para que puedan avanzar con felicidad”, concluye Rocío.
ENTRE TODOS LO HACEMOS POSIBLE
Seguro que esta obra te ha gustado tanto como a nosotros. Te invitamos a formar parte de nuestra iniciativa de apoyo a proyectos sociales, a través de la compra de productos Minka, disponibles en los supermercados Carrefour y las mejores tiendas latinas de España y Europa. Y si ya lo haces, te damos las gracias. Así, entre todos, hacemos posible que el mundo sea un mejor lugar.
Estos son los productos de la marca Minka. Una marca con compromiso social.
Si quieres saber más de esta institución o hacer una donación a El Hogar de Gina, este es el enlace a su página web.